Geofumadas: Viaje largo en 8 fotos

Me ha tenido entretenido los últimos días una gira kilométrica por territorios dispersos.  Tema del que poco abordo en este espacio, tratando de cuidar el anonimato de lo que es mi campo laboral y el gusto por compartir temas tecnológicos con los demás colaboradores de esta comunidad.

He podido en este viaje comprobar el poder de conectividad de la Ipad, el tracking del GPS que no se pierde nunca pues no depende de señal Internet, inclusive la precisión bastante acertada pese llevarla en el coche a una velocidad regular.  En resumen les dejo algunas imágenes que hablan por sí mismas.

Apenas si cabe el coche por este puente de hamaca.  Es necesario inclusive doblar los retrovisores para no pegar con el cable… es emocionante, sobre todo cuando las tablas crujen como que están cediendo.

Un mal resbalón en el gravín y la volada sería espectacular en un precipicio de más de 400 metros.  Claro que la vista por la mañana es magnífica, al fondo el poblado hacia donde nos dirigíamos.  Justo por aquí iba cuando mi hijo me llamó para darme la triste noticia que la tortuga Phillip definitivamente escapó y que mi hija empeoraba de fiebre.

Las comidas son un gusto, no más algo de manteca de cerdo para cocinar pero con buen sabor.  Libras más, libras menos, ya casi nadie cuenta a estas alturas.

El mismo punto desde donde se visualiza el sacalenguas a contraluz.  Sale el cadejo por las tardes a buscar gallinas desprevenidas, la sucia enamora los picaflor desde una piedra del río y cuentan que el correcaminos es una mujer que por quemarle la pata al marido se convirtió en la tal colosuca.

Temperatura:  38 grados centígrados Capa de polvo sobre la carretera: 6.5 centímetros no confinada Ancho de carreteras: 2.63 metros en doble vía Incendios:  uno por cada 100 kilómetros recorridos. Casos inevitables:  Una buena gripa alérgica por el polvo, calor y algún virus cómplice. Ya quiero ver el proceso masivo de catastro rural que inicia el próximo mes.

Impresionante diseño de iglesia, construida allá por el siglo XVII en un poblado que para esa época habrá tenido unas 10 casas.

Esta es de las más antiguas del istmo centroamericano por el diseño de las molduras y pinturas interiores, una pena que esté a punto de caerles de sombrero a los ratones que la habitan.   Mi amigo hizo una panorámica increíble.

Esta es del recuerdo, en una jornada donde elegí 8 de los técnicos que aún conservo.  Allí se ven a R! M! p! m! y P!